El arquitecto franco-argentino Pablo Katz sorprende con esta casa unifamiliar en pleno centro de París, en la que se integran tecnología inteligente y arquitectura moderna. La caja de madera y cristal, bautizada por sus creadores como "El Cubo Mágico", descansa sobre una base de piedras recicladas. Un espacio entre esta base y la estructura del edificio consigue crear la sensación de que la casa flota.
Tras la original fachada de la CK06, nombre oficial de la construcción, se descubre un espacio creado para hacer un uso responsable de la energía y las redes de tecnología electrónica, pero sin detrimento de la estética y de la sensación de amplitud, tal como era deseo de sus propietarios.
Para cumplir el primero de los deseos, se optó por materiales reciclables como la piedra, el acero y la madera, que se complementaron con el refuerzo de un buen aislamiento, placas solares, calefacción por suelo radiante, instalación de depuración de aguas residuales, las plantas en la terraza... También el cristal desempeña un importante papel.
Mientras que las puertas de los garajes y la entrada secundaria al ala de los invitados están situadas en la cara Oeste, la entrada principal de la casa se encuentra en la cara Norte. Tras la puerta de acero inoxidable, se observan ya todos los principios de diseño que impregnan el interior: espacio, luz y materiales utilizados selectivamente. A pesar del poco espacio disponible, en el pasillo no se tiene sensación de estrechez, ya que la vista alcanza hasta la cara sur acristalada, tras la cual hay un pequeño patio interior lleno de plantas.
En la primera planta se encuentra la zona de estar, con acceso directo a la cocina, ubicada en la cara Sur: una estancia luminosa con unas bonitas vistas. Junto a ella, el comedor se puede unir con la espectacular terraza gracias a unas puertas correderas de cristal.
El arquitecto Pablo Katz ha prescindido de todo lo superfluo y ha dado una función práctica a cada elemento. De este modo, el bloque de la chimenea no sólo genera un agradable calor y crea un ambiente muy especial con el juego de las llamas, sino que a la vez sirve de almacén para la leña, separador de estancias y, en el lado de la cocina, de estante para libros.
Los propietarios optaron por la serie 2nd floor de Duravit no porque el baño estuviera en la segunda planta, sino porque se sintieron atraídos por "la pureza de líneas, la elegancia minimalista y la calidad de los materiales". El cuarto de baño de los niños, en la tercera planta, se aleja ligeramente de esta elegancia ascética: la serie e-mood de Duravit pone una interesante nota de color, en este caso, sobre todo gracias a la iluminación que cambia de tonalidad.
Otro de los atractivos de la casa es el paradisíaco jardín en la terraza. La propietaria ha hecho realidad uno de sus grandes sueños con la piscina Sundeck de Duravit, que invita al baño y a la relajación. La temperatura del agua se mantiene constante a 38 grados, por lo que está siempre lista para el baño.
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