F-White está situada en un barrio en las afueras de Tokyo, en una parcela difícil -demasiado larga para la habitual casa japonesa y demasiado pequeña para poderla dividir- que durante largo tiempo se utilizó como aparcamiento.
.
El proyecto se inició cuando la familia que la adquirió -un matrimonio con un niño-contactó con el estudio Takuro Yamamoto Architects para encargarle el trabajo. Las peticiones de los propietarios fueron tres: que la casa pudiera interpretarse como un gran espacio único, que tuviera un solo nivel y que no hubiera un jardín con plantas que exigieran un mantenimiento.
Como el presupuesto era el habitual, aunque el espacio era mucho mayor (119 m2), el estudio tuvo que encontrar una manera de hacer un buen uso de las características del lugar. Lo primero que se decidió fue construir la casa en torno a un patio interior que se abriera al cielo y que haría ganar luz a la casa, ya que la vivienda al desarrollarse en una sola planta no provocaría un efecto embudo.
El acierto mayor llegó a la hora de ubicar el patio: si éste se colocaba en paralelo a los muros exteriores en aquella planta de anchura limitada, lo único que se conseguiría sería dividir el espacio en dos mitades y perder el sentido de unidad.
Así que, se optó por disponerlo en un inusual ángulo oblicuo. Con ello se ganaba espacio útil perimetral y, que visto desde arriba, el patio pareciera una caja arrojada a un espacio interior muy amplio. Además, se eligió recubrir el suelo de madera para reforzar la sensación de amplitud de la casa y desdibujar las barreras entre el interior y el exterior.
El resultado es una vivienda minimalista, armónica, cálida, bien resuelta, caracterizada por la utilización de la madera clara y del color blanco. Un espacio donde desde casi cualquier punto es posible disfrutar del resto de la casa y, por supuesto, del azul del cielo, gracias a un patio oblicuo.
Fotografías no aéreas: Ken'ichi Suzuki
.Información y fotografías facilitadas por Takuro Yamamoto Architects
0 comments:
Post a Comment