La capilla formó parte en su día de un centro religioso ubicado, en Utrech, llamado Friars of Utrecht (Frailes de Utrecht). En él, llegaron a residir más de 215 frailes. Los últimos 13 frailes se mudaron en 2005 y el complejo fue convertido en apartamentos.
A pesar de la radical reconversión, los arquitectos revitalizaron elementos como los vitrales, que ahora proyectan su luz difusa sobre las paredes blancas; los bancos de oración que son ahora los asientos de la mesa del comedor que, a su vez, esté hecha con bancos, o la lámpara de los años cincuenta que iluminaba la nave central y que ahora se encuentra situada en la suite, la única estancia pintada en tonos oscuros.
Para suplir la falta de ventanas, que hacía que la iglesia diera impresión de cerrada, se abrieron nuevas aberturas y un frente de cristal de diseño moderno, versión abstracta de los antiguos vitrales emplomados. Este nuevo ventanal es casi como un Mondriaan, que contiene referencias a las vidrieras originales y explica una historia religiosa de forma diferente.
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