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Sunday, October 3, 2010

Santa María de Hierve-Diseñería: un complejo residencial con paz interior

Fotografía: Fernando Cordero

Santa María es un bellísimo proyecto realizado por el estudio mexicano Hierve-Diseñería de Alejandro Villarreal. Este complejo residencial, concebido como casas de fin de semana, se levanta en el centro histórico de Valle de Bravo, una pequeña ciudad colonial que data de 1530 y está a dos horas de Ciudad de México. El conjunto se encuentra sólo a cien metros de la iglesia de Santa María Ahuacatlán, una iglesia colonial del siglo XVI.


Fotografía: Fernando Cordero




Fotografía: Fernando Cordero


En este contexto, se han construido nueve viviendas para familias que buscaban alejarse del ajetreado estilo de vida de la Ciudad de México. Por ello, a lo largo del proceso de diseño se buscó que en el proyecto final se respirase una sensación de calma, neutralidad, apertura, privacidad y naturalidad como, evidentemente, así es. Incluso, pensando en hacer todavía más cómoda la vida de sus inquilinos, Santa María incluye también una serie de servicios que brindan una experiencia semi-hotelera.


Fotografía: Fernando Cordero







Fotografía: Fernando Cordero

Desde sus inicios, el proyecto ha estado influido por unos condicionantes que buscaban preservar el bello entorno físico e histórico de la ciudad. Esto generó un respeto absoluto por este entorno, pero no cerró la posibilidad de potenciar el uso de los elementos permitidos por las restricciones locales: los materiales involucrados, las alturas, la relación con otros edificios, el “layout” general, los tamaños y materiales de puertas y ventanas, etc.




Fotografía: Fernando Cordero



Fotografía: Fernando Cordero


Así se trató de llevar la propuesta a una siguiente etapa evolutiva, donde el proyecto trabaja respetuosamente con el pasado, se arraiga firmemente en el presente y marca una dirección hacia el futuro. Tal vez por eso, Santa María se agarra constantemente al suelo y, al mismo tiempo, se encuentra flotando y volando, tratando de tener una presencia sublime y sólida al mismo tiempo.






Fotografía: Fernando Cordero




Fotografía: Fernando Cordero



Fotografía: Fernando Cordero



Desde las primeras fases de diseño, se trató de establecer una fuerte conexión con el sitio, buscando responder a su topografía, a la vegetación existente, a las vistas, las orientaciones, las características de los edificios vecinos, la anchura de las calles, etc. También se intentó llevar a cabo una conexión conceptual con el lugar, al incorporar un gesto que se encuentra a lo largo del paisaje rural que rodea Valle de Bravo. Este gesto se tradujo en la incorporación de largas trincheras a lo largo del complejo que están rellenas con piedra de río y plantas silvestres.


Fotografía: Fernando Cordero




Fotografía: Alejandro Villarreal



La configuración espacial del trabajo consistió en colocar los volúmenes a lo largo de las dos calles que confinan el sitio (parte de las normas locales), permitiendo el acomodo de las casas en forma de L, de modo que pudieran sacar provecho de la orientación y las vistas naturales. Esta disposición permitió también conformar la zona de piscinas a modo de un patio central, similar a los patios ubicados en las casas antiguas del centro de Valle de Bravo.


Fotografía: Alejandro Villarreal




Fotografía: Alejandro Villarreal


El proyecto cuenta con dos niveles generales. El primero incluye el acceso general, estacionamiento, vigilancia, cuarto de basura, comedor de servicios, conserjería, administración, 36 bodegas pequeñas, lavandería, baños de servicio, bodegas de servicio y cuartos de máquinas.



Fotografía: Alejandro Villarreal





Fotografía: Alejandro Villarreal

El siguiente piso cuenta con un patio/corredor que corre a lo largo de las casas y que sirve como un amortiguador espacial entre las casas y la zona de piscinas. Esta última cuenta con una característica espacial que, al mismo tiempo, es abierta y contenida. Esta zona incluye una tarima de madera, un jacuzzi, dos piscinas, un espacio para hacer fogatas y un pequeño jardín. Al final del patio/corredor, se ubica un patio privado que brinda luz y calma a un cuarto de yoga y a un cuarto de masajes.



Fotografía: Alejandro Villarreal





Fotografía: Alejandro Villarreal



Los espacios privados de cada casa (excepto la casa 5), se encuentran en la planta baja e incluyen un pequeño zaguán, un vestíbulo, tres dormitorios y dos baños completos. Todas las habitaciones tienen una altura considerablemente menor que el espacio público, ubicado en la planta superior, porque espacios de este tipo generan más intimidad y requieren menos energía para calentarse durante el invierno.



Fotografía: Alejandro Villarreal


Fotografía: Alejandro Villarreal

El espacio público se encuentra en la planta alta y trata de sacar provecho a las restricciones de altura, generando un espacio que disfruta de agradables vistas hacia el entorno circundante. Aquí se ubican la cocina/comedor/salón, la terraza privada, el baño de cortesía y la lavandería.

Fotografía: Alejandro Villarreal

Fotografía: Alejandro Villarreal



La elección de los materiales y colores se hizo en función de una normativa que señala que todas las fachadas del edificio “deben estar aplanadas y pintadas en color blanco”. Así que se partió de esta indicación y se combinó con otros dos materiales: piedra natural y madera sólida. En todo el proyecto (áreas exteriores e interiores) sólo hay paredes de color blanco, paredes de color rojo óxido (rodapiés exteriores y baños), madera sólida (pino, fresno, teca rústica y alerce) y piedra natural (piedra de río y pizarra gris).




Fotografía: Alejandro Villarreal




Fotografía: Alejandro Villarreal


Otro aspecto importante del complejo fueron las ventanas y las puertas. Desde las primeras etapas de diseño, se consideró utilizar superficies sólidas de madera en las fachadas. Así, por ejemplo, las ventanas de los dormitorios en el primer piso cuentan con ciegos de madera sólida en el interior, que se utilizan como bloqueadores de luz durante el día y como aislantes térmicos y acústicos durante la noche.



Fotografía: Alejandro Villarreal



Hierve-Diseñería es una firma creativa multidisiciplinar, con sede en Ciudad de México, creada por Alejandro Villarreal, en 1999. Su actividad tiene lugar en diferentes campos como la arquitectura, el diseño industrial y las artes plásticas. Su último proyecto, el complejo residencial Santa María ha sido seleccionado como uno de los finalistas del World Architecture Festival, que se celebrará en Barcelona del 3 al 5 de noviembre de 2010, donde será presentado por su propio autor.



Fotografía: Alejandro Villarreal





Complejo residencial Santa María.

Arquitectura: Hierve-Diseñería.
Ubicación: Valle de Bravo (México).
Área terreno: 2.509,64 m2.
Área construida: 2.269.00 m2.
Área de las viviendas: de 168.00 a 251.00 m2.
Fase diseño: 2007-2009.
Fase construcción: 2008-2010.
Constructor: Zimbra.
Equipo: Socio (Alejandro Villarreal). Director proyecto (Andrés Casares). Colaboradores (Sugey Ramírez, Gabriela Rosas, Jesús Ramírez, Denisse Novelo y Arturo García Crespo).
Diseño de interiores: Isabel Maldonado.
Estructuras: Moncad.
Instalaciones: M3 Ingeniería Integral.
Paisajismo: Ambiente Arquitectos.
Iluminación: LLC Iluminación.
Carpintería: Maderaje Arquitectónico.






























Información e imágenes facilitadas por Alejandro Villarreal

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